Lugo, qué hermosa eres
En el que explicamos las inversiones que vamos a hacer entre Orense y Lugo, que por supuesto tienen menos atención que los terremotos políticos en Murica y Madrid.
Quizá esta semana me salga un poco más corto el boletín porque hemos estado en Monforte de Lemos (Lugo) explicando el (impresionante) plan de actuaciones por el que Adif va a ejecutar 546 millones en la línea Orense-Monforte-Lugo para modernizarla. Y al volver, en lugar de pasarme la mañana del sábado escribiendo la he dedicado a hacer test de antígenos a toda mi familia por precaución. Han sido todos negativos, pero corren en contra de la newsletter.
Una cosa curiosa que he visto en el tiempo que llevo trabajando en Adif es que los enormes profesionales que trabajan esta casa tienen que competir con las promesas y las patadas que en el pasado pegaron otros a los problemas para llevarlos hasta el futuro. En el administrador de infraestructuras mis compañeros básicamente terraforman y construyen cosas increibles que antaño eran inimaginables, en lugares complicadísimos, con tecnología innovadora, a un ritmo sorprendente y a precios comparativamente más bajos que en otros muchos países. Y luego tienen que mantenerlas y gestionarlas.
Sin embargo, todo lo que hacen siempre se enfrenta a varios problemas. El primero, que la política es muy complicada, y que resulta más fácil anunciar las cosas que cumplirlas. En la presentación de ayer, Sergio Vázquez, secretario general de Infraestructuras, arrojó un dato brutal. En el periodo 2018-2021 se han licitado 303 millones, lo que supone triplicar el dato con respecto a los 132 millones de ¡los doce años anteriores!
Y claro, hay gente de la zona que, en lugar de pensar en que por primera vez en lugar de promesas vanas están teniendo inversiones reales, protesta porque las cosas DE VERDAD que les han puesto encima de la mesa no coinciden con visiones fantasiosas de la realidad que hicieron precisamente aquellos que no gastaron un lerel en el mismo periodo. Una época, reconozcámoslo, que incluye una crisis económica atroz. Pero en esos años os aseguro que nadie dejó de prometer movidas.
También me gustaría explicar que, cuando ponemos algo en servicio y ofrecemos tiempos de viaje, nos referimos a la capacidad de las infraestructuras de llegar a A a B en un tiempo determinado con las mínimas paradas que parecen razonables. Y eso a veces provoca frustración si comparamos con los tiempos reales que puedes buscar en Google. Pero si el operador (en este caso Renfe) se ve obligado a poner muchas paradas por el camino para que le salga rentable mantener la línea, la “culpa” no es de las infraestructuras. ¿Tiro balones fuera? Sólo los que no son nuestros.
Esto lo digo ya de serie para todo: Adif no decide ni en qué se invierte (eso corresponde al Mitma), ni los precios, número de paradas o tipos de servicios (Renfe y otros operadores). Lo que saben hacer mis compañeros es poner en marcha infraestructuras, gestionarlas y mantenerlas con los recursos de los que disponen, que muchas veces tampoco dependen de nosotros. Son extraordinarios en su trabajo y lo harán incluso mejor cuando tengamos todo el personal que necesitamos para renovar la plantilla.
Más ‘miñones’
Buen artículo sobre el plan de 33.700 millones de la UE para transformar la movilidad. El Connecting Europe Facility (CEF) suma los 25.800 “miñones” de movilidad, 5.800 millones para energías renovables e infraestructuras transfronterizas, más 2.000 millones en infraestructuras digitales de conectividad europeas. Tiene sentido. Hay acuerdo provisional, sometido a la aprobación del Consejo. Una vez que lo aprueben el Consejo y el Parlamento Europeo, entrará en vigor tras la publicación en el EUOJ (el BOE europeo) y comenzará aplicarse retroactivamente desde el 1 de enero de 2021.
De refilón, me he encontrado con este tuit de la comisaria Adina Valean sobre el peso de las mujeres en el Transporte. Conviene no perder de vista esta situación también después del 8M. Mi presidenta, Isabel Pardo de Vera, hablaba de esto en esta tribuna que ha publicado EY en el marco de su nuevo Mobility Center.
Me gustan los artículos en los que se resumen los planes de electrificación de las marcas. Aquí explican cómo van a ser los de Citroën en 2021, pero me gustan más ver cosas como la idea del fabricante chino Nio de crear las baterías como servicio (¿BAAS?). En lugar de cargar el coche, te quitan la batería y te ponen otra. Es interesante y abarata el vehículo.
Seguro que tiene contras, especialmente porque las baterías de los coches tienden a ser pesadísimas. Precisamente, Miguel Elizondo escribía en Invertia sobre por qué el peso de las baterías y la conexión ferroviarias van a tener un impacto claro en el lugar elegido para su fabricación. Y ya puestos a añadir cosas, Volvo ha dicho que va a tener toda su producción con vehículos totalmente eléctricos de aquí a 2030.
Más madera
Amazon tuvo que cambiar su nuevo logo porque se parecía a Hítler. Y si lo miras pensando en ello, es verdad.
¿Se puede mejorar la seguridad vial integrando arte en el asfalto? Parece que sí…
Últimamente leo muchas cosas sobre puertos y no dejo de pensar en el movimiento de fusión de Antwerp y Brujas para crear un superpuerto. ¿Estamos siguiendo ese camino?