EEUU sigue en la conquista de Marte y empieza a pensarse la Alta Velocidad
En el que vemos las ventajas para las empresas ferroviarias de trabajarse otros mercados, echamos un ojo a las grandes rutas ciclistas de Europa y festejamos una nueva vida para una vieja estación
No deja de ser curioso que EEUU haya aterrizado el Perseverance en Marte la misma semana en la que tanto se ha hablado de sus desarrollos ferroviarios de Alta Velocidad. Parece que fuese más fácil o barato lo primero. ¿Te has hecho follower de la cuenta del rover en Twitter? Yo me he puesto hasta las notificaciones para enterarme de cada nuevo avance o ver cada nueva foto.
Pete Buttigieg, el excandidato a la nominación demócrata que lidera el Transporte en EEUU y que fue un pilar de Joe Biden durante las elecciones, está hablando de Alta Velocidad, lo que es una gran noticia. Pero hay mucho escepticismo alrededor de todo. Conviene echar un ojo a este vídeo de CBS en el que explican por qué dejó de haber transporte ferroviario de pasajeros en condiciones en EEUU.
La industria del ferrocarril ha mostrado su entusiasmo por estas declaraciones de Mayor Pete, y el presidente de Amtrak, Tony Coscia, ha señalado que están emocionados de trabajar con el secretario de Transporte “para iniciar una era de la expansión y mejora del ferrocarril de pasajeros por todo el país”.
Está claro que la inversión en ferrocarril es una inversión en una tecnología limpia, sostenible y resiliente, que actúa como un estímulo keynesiano y contribuye no sólo a crear empleo y fomentar la recuperación, sino también a reducir las emisiones de carbono.
¿Esperamos que un paquete billonario de apoyo al desarrollo de las infraestructuras sea la solución? Veremos. Es cierto que Biden ha sido un usuario intensivo del ferrocarril durante toda su carrera y ha prometido reducir los tiempos desde Washington DC a Nueva York a la mitad, pero también que EEUU puede haber perdido la oportunidad porque, siendo francos, han perdido mucha de la capacidad que tenían de desarrollar este tipo de infraestructuras y son mucho más dependientes del coche que casi nadie en el mundo.
Hemos sabido que Train to Busan va a tener un remake estadounidense, y esperemos que sea futurista. Porque como se ajuste a la situación actual en el país, en lugar de películas de zombis lentos y zombis rápidos, tendremos películas de zombis con trenes lentos y trenes rápidos.
El sueño de quienes creemos en el ferrocarril sería algo así en EEUU, pero apunta a fantasía total:
Y ya no sólo porque vaya a ser difícil, porque no tengan costumbre de hacerlo o porque el coche particular sea la pieza fundamental del transporte en EEUU.
Para mí, el verdadero problema es que tienen lobbies muy potentes que lucharán a brazo partido para impedir que el coche pierda su reinado. En ejemplo lo tenemos en Cato Institute, que recientemente publicó un artículo lamentable titulado “Un líder global en una infraestructura obsoleta”, un resumen de todos los argumentos idiotas de quienes no entienden las ventajas del ferrocarril. Está escrito por Randal O´Toole, un señor de 70 años que lleva toda su carrera escribiendo para los fabricantes de automóviles, y está diseñado para atender los intereses de dos de las industrias más contaminantes: los coches y, en menor medida, los aviones.
Y digo “en menor medida” porque es imposible competir con ellos en viajes de largo radio y no creo que haya que planteárselo. Son uno de los grandes avances que hemos alcanzado como seres humanos y el porcentaje de emisiones que suponen es bajo si lo comparamos con otros medios de transporte y actividades. No tenemos alternativa. Otra cosa son los viajes cortos, ideales para la alta velocidad.
Sobre el coche, sería hipócrita por mi parte ignorar sus ventajas. Pero es obvio que las ciudades tienen que recuperar terreno a su presencia en las ciudades y buscar alternativas más sostenibles. En este boletín vemos cada semana muchas iniciativas en este sentido, la liberalización ferroviaria permitirá que las familias puedan ir con Alta Velocidad a los centros de las grandes ciudades a precios más asequibles, y cualquiera que haya ido en AV sabe que la experiencia es fantástica.
Recomiendo este artículo del New York Times en el que explican que los coches eléctricos no eliminarán la dependencia del automóvil porque… ¡siguen siendo coches! Otra cosa es que hablemos de fórmulas de carsharing o de vehículos urbanos más pequeños y sostenibles.
La multimodalidad es la clave de este proceso, y una veintena de empresas han firmado ya un manifiesto en este sentido, impulsado por la entidad Connected Mobility Hub.
Por cierto, hemos vuelto a escribir sobre un proyecto bonito de Adif. Concretamente, la rehabilitación de la vieja estación de Bustarviejo en el marco del programa Activos para el Desarrollo. Un proyecto apoyado por artistas como Rozalén y que, en mi humilde opinión, es un ejemplo de lo que se puede hacer para recuperar bienes ferroviarios en desuso.
Por último, comentar este artículo sobre Trenitalia, uno de los actores que vendrán a competir con Renfe en España. Si la operadora hace bien su trabajo, diría que es un ejemplo a seguir de cara a convertirse en un coloso europeo frente a las liberalizaciones que impulsa la Unión Europea.
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